sábado, 24 de marzo de 2012

Y me quedé dormida con la boca abierta y rezando.

El día de ayer me encontré en una situación de los más desesperante. Paré en seco la película que estaba viendo (es costumbre mía lo de las películas, pero no salgo del mainstream) y me dirigí a mi cuarto, con el celular en mano.
Después de zumbar y dar vueltas por este como un abejorro de esos que tanta fobia me causan, pude acostarme al fin. No es que tuviera ganas de hacer nada más que dejar que esas asquerosas lágrimas resbalasen por mi pómulos. Yo solo quería dormir y olvidarme de ese sentimiento pesado que aveces hay en mis pulmones. Ese sentimiento por el que después termino incomodando a medio mundo como aquellos que van recolectando monedas de a sol para la caridad contra el cáncer, o la fertilidad del mono. Son lo mismo al fin y al cabo.
Me enferma ese sentimiento.

Antes de seguir contando esta pequeña historia de ayer por la noche, siento que tengo algo que aclarar. Como ya mencioné, mis conflictos interiores siempre han sido la causa de mis problemas. Solía tenerme pena por que creía demasiado en los dimes y diretes de la ya consumada sociedad Arequipeña. Hubo de aquellos lloriqueos estúpidos de auto-condescendencia por montón.

Y un problema como aquellos no se resuelve en un abrir y cerrar de ojos, seamos honestos. Asi que ayer me podía encontrar cualquiera, llorando como una marrana. Primero por un motivo, y luego por otro.
La pena por mi misma me duro lo que un bostezo, y después empecé a sentir directo asco por quejarme de llena. Como necesitaba de algún contacto humano. Amén que hablé con una de las personas a las que mas aprecio en este mundo, solo ésta persona me entiende como debe ser.

Llorando por tenerme pena a mi misma, sentirme falta de suerte.
Y después por tenerme ASCO por tenerme pena, de rabia.
Y luego intentando calmarme por que era incorrecto llorar por huevadas.
Pero acto seguido (Oda a mi JODIDO cerebro) incapaz de hacerlo, por que me sentía mal.
Una sátira de adolescencia.

Dentro de ese pequeño ciclo vicioso en el que entré, en algún corto momento de lucidez, se me ocurrió que de verdad ya bastaba  de toda esa tontería infantil. Y me dispuse a rezar. Rezar. Me entraron ganas de agradecer por todo lo que tengo, que es MUCHO. Como en un acto para redimirse de culpas e inmadureces. Agradecí.
Y luego empezaron las preguntas y los porfavores. Demandas? Deseos? Eso no tiene importancia realmente. Estaba pidiendo cosas. Pidiendo respuestas, milagritos baratos. Y así me quedé dormida, entre rezos y balbuceos.
Y que éxtra para darle sabor y drama al momento. Ayer como no me había pasado en un buen par de semanas, no me costó caer en los dulces brazos del tío Morfeo para nada. Había estado sufriendo de insomnio, lo cual no es normal en mi. Ayer el cansancio pudo conmigo.
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JA! Esto no es mas que desperdigar esas memorias inservibles que nadie escuchará mas que tu propia subconsciencia y una pagina de internet perdida entre billones.
Hay que ser honestos.

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